Los padecimientos de la Nación

Al final de la línea
Cuando todo esto termine estaremos vomitando palabras sueltas que no significarán nada, pero poseerán su sentido propio, a las últimas líneas no las dominará el tiempo, la verdad o la lógica, la ortografía no significará nada en la sintaxis oscura de los últimos días del lenguaje. Un día, en el de las últimas palabras, nadie sabrá en donde quedó México. Eso pasará cuando la basura de la conciencia derrita los polos del pensamiento. Nada más podrán vociferarse las palabras que reconfiguren la geografía de los sistemas. Significará que las conciencias que logren escapar vivirán con miedo, pero conseguiré la libertad a pesar de las bombas, la inflación, la ignorancia, la violencia y al final yo también seré libre. Aunque en el último intento renuncie a la cordura, encontrare el águila en el nopal después de revelarme en la más utópica de las revoluciones con caudillos valientes y pueblos embravecidos. Cuando todos los ídolos de oro y plata se derrumben erigiré sobre sus escombros las imágenes de carne de mis propias deidades. Esperare el día en que las utopías derroquen el poder del ignorante.
Surrealismo nacional
En el año de 1924 Andre Breton publica el manifiesto surrealista, con lo que se convierte, acto seguido, en el fundador y líder del movimiento. El surrealismo surge a partir del Dadá, por ello enfatiza el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero pretende a diferencia del Dadá (Nihilista por vocación propia) tratar de utilizar las intervenciones del inconsciente en el proceso creador de una forma más ordenada y seria.
México es el país surrealista por excelencia; una obra surrealista construida inconscientemente. Aquí los demonios traen sotana, los periodistas dicen para desinformar, las piñatas las rompen los ricos para que los miserables peleemos por recoger un poco de limosna que es arrojada al fango. Los actos totalitarios de la razón y el sentido común se han ausentado hace mucho tiempo. El absurdo y la irracionalidad creadora del surrealismo han sido tan explotados en la construcción y en la información del país que no hay respuesta que la razón pueda otorgar cuando de México se trata.
Se viene construyendo un país bajo los intereses de unos cuantos que pretenden ejercer su dominio más allá de las mentiras propias del presente y ya comienzan a dibujar una nueva historia más “conveniente” que no tenga estorbosas verdades y sí las más útiles de las mentiras para corregir la bochornosa impresión que causan los sucesos del pasado nacional. Perplejos ante el cambio de valor de los argumentos las personas en México debemos a aprender a sobrevivir la desinformación y la ausencia de la lógica en un país que no pudo haber sido concebido ni en el más absurdo de los desvaríos de un Dios distraído y confundido. Las correcciones sutiles a nuestra historia forman una coherente verdad abaratada que no por zurcida deja de ser la historia oficial, porque no deja de funcionar para quien sustenta el poder y puede contar su versión de los hechos como la verdad de las cosas mismas.
Que la América es libre e independiente de España y de otra nación, gobierno o monarquía, y que así se sancione, dando al mundo las razones*
Con la declaración de autonomía del territorio nace la nación mexicana, pero nace como sublevación, como protesta revolucionaria que a su vez nace en la sospecha de ser todos iguales. Pronto nos habríamos de dar cuenta de la inviabilidad de nuestros sueños, declararnos igual a todos y que las demás naciones así lo pensarán. La historia de México registra el saqueo, la invasión de los otros pueblos, siempre más poderosos y ambiciosos, que han sabido relevarse para mirar en América un territorio abundante del que se pueden seguir enriqueciendo a perpetuidad.
El ideal de independencia se ha convertido en sueño de unos cuantos locos que siguen creyendo irracionalmente en la buena voluntad de Dios para con la América o en el reclamo iracundo de los más oprimidos que ya no pierden nada en la revolución, pero que por ello tampoco han sabido ganar nada en las guerras independentistas o en sus movimientos aislados. México no es independiente, no ha sabido dar al mundo sus razones y mientras el aparato de estado ha buscado subirse al barco de la globalización presiona con más fuerza a la masa para que sostenga un sistema que ya demostró no ser competente ni funcional siquiera en cuanto a soportar la responsabilidad de vivir en libertad como pueblo.
Todavía después de ser libres debimos buscar la forma de gobernarnos y hemos tenido nuestras erratas. No supimos ponernos de acuerdo en el valor de nuestra libertad; internamente nunca estuvimos de acuerdo en el ejercicio de nuestra libertad y más difícil resultó darle al mundo las razones que justificaban nuestra autonomía.
Que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los Poderes de ella en legislativo, ejecutivo y judiciario, eligiendo las Provincias sus vocales, y estos a los demás, que deben ser Sujetos sabios y de probidad*
Intentemos por un momento quitarnos la “x” de la frente para no embriagarnos de idealismo-patriótico; bajo la sospecha de que el panorama nacional exija más de un análisis estructural de su estado que de sentimentalismo nacional y de la plastificada soberanía que todos los días se proyecta sobre el tecnicolor plasmoso que maneja al país desde hace tanto, alejémonos pues de la desinformación y vamos pues al asunto este de la soberanía.
Sabemos que no existe en ningún lugar del mundo una democracia perfecta, aún así no podríamos rechazar el modelo democrático como la forma de gobierno más cercana a garantizar los derechos fundamentales de las personas, esos que todo mundo posee, pero que casi nadie reconoce. La democracia es esencial en la formación del idealismo nacional, no habría otra manera de gobernar aquí; la diversidad de los territorios y de las personas en el interior del país exigen una forma de gobierno capaz de salvaguardar su derecho a ser gobernados por sujetos sabios y de probidad.
Es cierto que antes de buscar la forma perfecta de gobierno la pobreza, el analfabetismo y la injusticia son problemas crónicos de la salud nacional, pero como renunciar al funcionamiento adecuado si sabemos que las complicaciones se multiplican y no logramos ponernos a funcionar como colectividad.
“Seguramente vale más pugnar por conseguir una situación mejor, aun cuando nunca hubiese de lograrse tal estado, que enfrentarse con la realidad actual, imperfecta y condenable por más de una razón. Vale más esperar que conformarse”1 (Antonio Caso)
Y acaso el principal problema en la búsqueda de nuestro estado ideal no es que nos haya detenido nuestra pereza-soberbia sino que intentamos buscar nuestro gobierno por encima de nuestros gobernantes. Hemos equivocado nuestras formas tantas veces que olvidamos nuestra esperanza en el objetivo, abandonados en nuestras derrotas olvidamos perezosamente que tenemos responsabilidades y con la soberbia de bandera declaramos que ya hicimos todo lo que pudimos haber hecho. Nos conformamos al final con imaginar la llegada de los héroes que con sus mágicos poderes resolverán todos los conflictos de nuestro imaginario colectivo e individual. El héroe entonces se convierte en el depositario del poder de la raza, en la máxima expresión de la voluntad colectiva. Imaginamos con tanta necesidad a nuestros héroes que los hacemos reales y los lanzamos al mundo revestidos con nuestros propios poderes.
Y por un tiempo todo estaba bien, pero todos los héroes contraen caudillitis tarde o temprano y les da por gobernar fuera de la ley, sobre la ley y al final de su etapa crónica, en contra de la ley. Ebrio de caudillitis la persona depositaria de la magia de gobernar se convierte en un rey totalitario que anula sus propios poderes porque sólo pueden tener efecto en la democracia que su enfermedad destruyó.
Que se quite la infinidad de tributos pechos e imposiciones que más agobian, y se señale a cada individuo un cinco por ciento en sus ganancias, ú otra carga igual ligera, que no oprima tanto…*
Los impuestos son ridículos, se cobra por vivir en México una renta altísima, Hacienda cobra por el hecho de estar, las grandes empresas pagan cualquier pendejada y a las personas por respirar. Inventar impuesto. Recaudación por encima de la inversión. La era del dinero electrónico, la vuelta de las tiendas de raya. Los caciques, los bancos, el dueño del dinero posee la vida de los demás, cuantas vidas puedo comprar, cuantas personas puedo manipular, el poder me viene bien. Yo soy Forbes.
Los programas contra la pobreza se gastan en comerciales y despensas que se reparten sólo cuando hay campaña política o cuando hay cámaras cerca y se tiene que poner una bella sonrisa ante los medios. La política de saqueo prevalece en el país y seguimos viviendo en un entorno de desconfianza y la delincuencia es ya parte de la vida de miles de mexicanos que se cansan de buscar las oportunidades, frente a otros tantos que se cansan de ignorar las enormes cantidades que le aparecen en las getas. Ya no hay virreyes, pero el país lo dominan las pocas familias que controlan el dinero. La formula: Poder, dinero, información y control funciona bajo el disfraz de una democracia inexistente. La publicidad del estado, mercadotecnia de la verdad. A dos pesos el proverbio, tres por metáfora, todo tiene su precio. El poder de la repetición. La magia de que creas que todo pasó como te repetí, un millón de veces, que pasó. Fabrica de ensueños. Los impuestos. Los bancos y los goles, las casas. Las ganancias de las televisoras, lo que gastan en beneficencia, recaudan el dinero de los que quieren ayudar y lo reparten, el que parte y reparte, le toca la mejor parte.
¿Por qué estas tan triste?
Por qué estoy tan triste, por qué soy tan miserable, por qué mi presente es tan confuso y mi destino tan obsceno. Porque he vivido arrancado de mis raíces y de mis creencias. Nunca he valorado seriamente la posibilidad de superar mis limitaciones, jamás he actuado por decisión propia, me he dejado llevar por los comentarios de los otros e intento cambiar mi pasado sin conocerlo todavía. Creo ilusiones basado en la pereza y la soberbia. Mi pasado se ha perdido gradualmente entre las capas de irrealidad que han ido agregando los ganadores de las batallas políticas, las revoluciones nunca han sido un cambio y sí han sido disputas de poder que prolongan el tiempo en el que me han estado saqueando. Ya no existo más allá de la llegada del español. Soy una mezcla de malos atributos que crearon un hibrido que no es amo ni esclavo, es siempre exactamente el caso contrario. Por eso estoy triste, esa es la razón por la que me siento miserable cada vez que me pienso, cada vez que recuerdo o imagino, así de contaminada está mi alma; llena de rencor no puede actuar por otras causas que no sean la pereza y la soberbia.
Mis revoluciones siguen siempre el ideal increíble de la utopía perfecta, ebrio de humanidad he querido ignorar la realidad y persigo al interés de la felicidad prometida, mis caudillos siguen cayendo en las manos de los más vivos. Mis héroes han caído en la traición por querer cambiar las leyes de un mundo al que no entienden, pero todos los que saben se aprovechan y guardan con fiereza el tesoro que no alcanzarán jamás a gastarse solos. Acaparan, ultrajan, abusan, pervierten y maquillan mi paisaje para convertir mi tradición en acciones de valores en la banca mundial. Por eso estoy triste, porque no he podido encontrar a nadie en toda mi tierra que no sea normal, que rompa una regla injusta sólo por ser injusta y no para obtener su propio provecho. Y además mira a mis hijos: La educación en el estado de castigo, alienación. Los niños son perseguidos por el estado como mentirosos. Después de que olvidamos la importancia de brindar educación comenzamos a temerle a la ignorancia. Nadie enseña, los que aprenden lo hacen descubriendo por su cuenta lo necesario para sobrevivir el mundo, las enseñanzas se guardan para los que pueden pagar su membrecía en el club del oscurantismo. Una sociedad de control que se manifiesta en sus crueles embates, la libertad acorralada en cárceles cimentadas sobre el desconocimiento. México es el país en el que lo inimaginable siempre es la respuesta más complicada para el problema más simple. Así se conjuga México, profesores al grito de enseña…
Desde aquí corre la última línea: Verde. Blanco. Rojo. Águila-serpiente. Patria. Estado. Ciudadano. Política. Educación. Niños. Escuela. Ausencia. Difusión. Historia. Esperanza. Soberbia. Pereza. Violencia. Miedo. Narco. Policía. Ejercito. Soberanía. Delincuencia. Privacidad. Privatización. Honestidad. Corrupción. Enfrentamiento. Costumbre. Decisión. Participación. Instituciones. Constitución. Impuestos. Explotación. Amo. Esclavo. Televisión. Legislación. Héroes. Villanos. Historiadores. Ocultamiento. Indio. Español. Negro. Mestizo. Tradición. Ritual. Cristero. Guadalupano. Cura Hidalgo. Marcial Maciel. Abandono. Abuzo. Marín. Calderon. Justicia. Gastritis. México 2008.

*fragmentos 1, 5 y 22 De “Los sentimientos de la nación” declarados por J.M. Morelos el 14 de sep. de 1813.

Enfermo de las Cosas

15 horas de literatura, varias tazas de café, una botella de vodka, jugo de naranja (que no termina por suplantar el jugo de uva); termino por escribir bajo la luz de un foco que insiste en bailar impertinentemente… las cosas siempre me han molestado; igual que si estuviera enfermo de lo mismo de aquel Oliveira de Paris.


Varios delicados en el cenicero y una chora en la memoria, cuando menos la voluntad me ha servido de algo; también yo creía que tenía más voluntad; creí que unos cigarros, unas horas de lectura y, quizás, en el lejano caso en que volviera a habitarme a mi mismo, las últimas letras que vería en este día contendrían la respuesta nítida de la clave inconclusa. Buscando a ciegas la luz oscura, la llave que abre la puerta a ningún lugar, no hay demasiado tiempo para pensar… ¡escribir rapsodias me parece tan repugnante! Siempre terminando en lo mismo sin poder asirnos a un celestial domingo.


Es tiempo de evasión; qué el escritorio siga siendo un desastre con la promesa de algún día, seguirá la ropa esperando en la lavadora, algún día una mano bondadosa presionara el On; el Off me parece un poco más agradable que las vueltas rabiosas que nada limpian.


Yo voy, lobo estepario…


Enfermo de las cosas…


Suicidio metafísico en el rió de la materialidad… en el siguiente párrafo me mato…


En la arena los pies comienzan a llevarme en dirección opuesta, en el asfalto me he quemado los callos y sigo pensando que aquello que se ve en el asfalto cuando el sol llega después de la lluvia no es vapor, sino el alma de los vivos que no pueden saber que tan muertos están.


Habría que comenzar a contar la historia desde los hechos para alcanzar después a los sentidos, habría que desnudarnos primero para revolcarnos en el fango de la verdad, pero pienso tan poco en sexo que ahora simplemente prefiero no quitarme la ropa, al fin que con la verdad nunca llega el orgasmo. ¿Cuánto tabaco hace falta para comenzar a respirar como intelectual? ¿Cuánta cordura para pensar como un loco? Una botella de vodka para emborracharse, pero ¿Cuántas palabras para desnudar a la verdad? ¿Qué le dices para que se quite la ropa? Baile de foco.


Un cuento con acontecimiento, un experimento que intenta demostrar su hipótesis de insinuación. Los juegos de la mente se siguen dibujando en colores sin nombre, cantando y dejando secuelas más que conclusiones. La verdad se va a las fiestas y sólo coquetea a los borrachos; precisa que le den amor sólo para guardarlo en su cigarrera y fumárselo en 5 minutos. Llega rompiendo plaza sin dejarse ver completa, sólo como insinuación de su alguna vez presencia. Después de verle, todo es silencio. ¡¿a quien estas mirando?!


Lapicero verde, caligrafía familiar, ideas inexistentes que no terminan de probar su punto con la mera expresión insinuada, ese debe ser el precio del vodka. 15 horas de literatura no se curan con filosofía; la filosofía emborracha y te pierdes cuando subes al colectivo… no me vea así señora, ¡soy adicto! ¿Por qué no mira que estoy enfermo?; el otro día un encendedor me pegó una calentura y un panfleto me contagió de cáncer… hay ríos metafísicos… debe haber lagos y fuentes también. Probablemente por debajo de está casa viaje el desagüe de lo metafísico, debe ser en la regadera donde siempre me baño. ¿es agua, fuego o piedra la metafísica?


Yo voy, lobo estepario, trotando


por el mundo de nieve cubierto…


Que mi triste destino me ahuyenta y espanta…


y así voy llevando mi mísera alma al infierno*


La música bosteza por las escaleras, el segundo piso no está aquí, sin embargo la música baja en cascada por cada escalón. La música avisa que es hora de otro cigarro… más jugo de maíz y naranja… hundo mi garganta en la nieve… hace frío y tengo las manos heladas; es normal que en estos casos se hunda la garganta en la nieve. Enfermo del mundo mi polo-yo se va de vacaciones. ¡Me disgusta tanto leer una rapsodia! Es hora de encender un delicado.


El café frío y el vodka caliente. El río metafísico no puede tener temperatura, pero se sigue sintiendo frío, talvez sólo debería mojar los pies, talvez esté sentado sobre un castillo de nieve… hundo mi garganta en la nieve; sin saber que decir, ¿cómo evitar desanimarme?


Enfermo de las cosas sólo se puede hacer literatura, no hay mucho espacio para la metafísica si te llevas a cuestas. ¿Cómo se puede jugar a que no pasa nada si pesas tanto sobre tus propios hombros? En un libro viejo alguien jugaba a que era Cervantes, pero le pareció demasiado fácil. ¿qué tan difícil debe ser uno mismo para que jugar a ser Cervantes resulte más fácil que encender otro delicado?


El espíritu es el receptáculo de todo lo mío, de todo lo que se puede llamar mío… ¡yo no lo hice!; no estaba ahí y el polo-yo hizo una fiesta, no miré las ventanas alumbradas ni a los invitados destrozando mis cosas, quiso llamar mío lo que siempre fue de él… mi polo-yo no quiso traicionarme, pero nunca fue una persona serena… ¡pobrecillo se siente tan culpable! Ya no importa pequeño; te he perdonado.


Voy encontrando colores sin nombre y voy dibujando sus letras, me revuelco con la verdad y la dejo yacer sobre la cama, virgen todavía, sigue inmaculada, pero yo ya no soy mi polo-yo; lo mando de vacaciones y no regresará; he reclamado el derecho sobre la vida que siempre será mía. Quiero escribir mi-propia-mala-literatura. Voy siguiendo con sigilo, pero sin acierto, me gusta llevarte de escudo; injusticia aún sin castigo. Detrás siempre va mi polo-yo, me gusta ir primero.

Detrás de la cama me escondo cuando tocan la puerta y reconozco a quien toca, he visto su rostro en los colores que dibujan los sonidos de su mano sobre la puerta, curiosa cosa esa de la acústica. Estaba tosiendo el nombre de los colores y me permito equivocarme ¡más cerca!


Cuando los fantasmas te tocan los pies, las orejas se congelan… curiosa cosa esa de la parapsicología, ciencia enferma. Una tormenta fantasmal avisa a los hombres que las aguas, alguna vez frías, comienzan a quemar la piel. Lluvia metafísica me avisa que perderé el sueño en la siguiente taza de café, los fantasmas prometen la tregua en la consumación de un lejano encuentro… ¿acaso en el siguiente sueño? Se retiran a dormir.


Habitación oscura. A pesar de todo, sigo extrañando el baile del foco intermitente. Cuando el día se ha terminado no queda más: cerrar los ojos y descansar el cuerpo, mañana tendremos fiebre, pero no habrá otra vez un polo-yo, sólo yo.


…sigo soñando en colores sin nombre…


Sobre la cama ya no hace falta aprender sus sonidos; sí crees haberlo comprendido todo, sólo queda una cosa por decir: no haz entendido una sola palabra.


* Fragmento de otro, recortado sin intención alguna.