No necesito ninguna intención para escribir, la flor de la pluma y la metáfora, de ese curioso encuentro, es lo que buscamos todos. De nada sirven las palabras sin sentido, pero nada tiene sentido cuando el decir no parece ser el reflejo de lo vivido.
Sentir para vivir lo que escribo, ser lo que soy haciendo lo que puedo. La verdadera razón de mis actos está en lo que hago. Hacer para escribir quiero, las cosas que hago y existen, y las palabras que encuentran metáforas buscando respuestas.
No sé que pueda ser una metáfora, no he conocido jamás el sentido verdadero de lo aparente. Digamos que los acontecimientos suceden, pero no dicen nada. Yo sólo sé que el tiempo es el problema; el mundo es y está pasando mientras se convierte en algo que no es, y todo ésto sucediendo al mismo tiempo.
Seguro estoy de que después no podré ser lo que fui o lo que ahora soy, por eso vivo entre palabras que descubren en alguna forma lo que soy ahora mientras existo y pienso en ésto.
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