Orgullosamente Michoacano...

Soy la letra, la emoción que se estanca en gritos de furia.
Somos una mentada de madre y otro ejecutado frente a la escuela de tus hijos.
También soy la cabeza que mira a su cuerpo del otro lado de la calle, la polleria del diablo en el barrio más transparente.
Miedo, hambre y desesperación por también ser mexicano.
Somos las granadas, los fondos de los corruptos y la sangre que de todos se derrama detrás de la gran cascada de mentiras.
200 años de imaginación libertaria y la realidad que nos arranca la cabeza con la contundencia de su develamiento.

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