No soy un diario

Pero la casualidad no no es causalidad de nada, nos inventamos la suerte, a Dios, el destino y el libre albedrío porque nos da miedo conocernos, enfrentarnos a lo que somos tal como nos sentimos, además el mundo señala más razones para perderse, rendirse o llorar que para esperar con alguna alegría el futuro. Yo estoy perdido igual que todos, pero si lo reconozco también me encuentro solo.

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